jueves, 21 de abril de 2022

Quejarse de nada y agradecerlo TODO

GABRIELA MARTINEZ 
NOS COMPARTE SU
EXPERIENCIA 
MISION SEMANA SANTA 2022
Participar de Misión Vocacional Elías Piña 2022 fue despojarme de mi dulce comodidad para saborear la amarga realidad de otros. Se trató de una invitación divina, una llamada al servicio aceptada con humildad. A medida que las ruedas nos acercaban más al destino final, fue removiéndose en mí el deseo de entrega. La incertidumbre de no saber qué esperar exactamente de esta experiencia, me mantuvo curiosa todo el camino.


 Al tener la primera impresión de El Valle, me lamenté de no haber llevado conmigo ropa, enlatados o cualquier tipo de donación necesaria en la comunidad. Me sentía culpable porque entendía que había llegado allí vacía, sin aporte alguno. Sin embargo, la experiencia de misión me enseñó que el amor y la atención que le pude brindar a la comunidad supera cualquier carencia que ellos puedan tener. Porque quien no conoce la ambición, no le hace falta, aunque tenga la necesidad. Sin decirlo, me dieron a entender que para ellos, el calor humano es más importante que cualquier remedio contra el frío de una cruel realidad que lo necesita todo.

¿Qué decirles de Plan Café? La comunidad que sin tener nada me lo dio todo. Quienes me abrazaron y me hicieron sentir en casa. Sus imponentes paisajes la hacen merecedora de compararla como una extensión de Suiza. Una capilla hueca, situada en un llano en medio de plantaciones de habichuela, sirvió de refugio para albergar niños que felizmente aceptaron la invitación de los misioneros. Allí fui feliz. Me sentí plena porque tenía frente a mis ojos la representación gráfica del sentido de la vida: servir. Y más que lo que yo le pudiera ofrecer a ellos, fueron ellos quienes me rebosaron el tanque de amor a mí. Entre flores silvestres, miradas tiernas, dibujos esperanzadores, abrazos inocentes y fotos emotivas, hicimos de esta catequesis la mejor de las memorias.

Allí no existen electrodomésticos, cerámicas, mesetas, gavinetes, clóset. El acceso a la luz, agua, nutrición y salud sigue siendo un anhelo inalcanzable. ¡Que paradoja tan grande! ¿En serio esa realidad existe en el propio país que vivo? Pero algo más grande que eso sí está garantizado allí y es el lujo de ser humano y hermano.

De Misión me llevó lecciones de vida. Algo que nunca dejará de impactarme es la capacidad que tiene su gente de no quejarse de nada y agradecerlo todo. ¡Qué corazón tan grande tienen! 

Algo de Mariela, Wilman, Kevin, Jackeline, José, Oscar se quedó impregnado en mí. Quizás el destino vuelva a juntarnos, sea personal, vía llamada o por la memoria eterna que solo las fotos saben mantener.

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