lunes, 18 de abril de 2022

¡El dulce aroma de Dios!


 ¿Cómo me voy a quitar este olor?Pensé cuando llegué a mi casa.

Acabo de llegar de Elías Piña, de un pueblo perdido en la montaña: concluyendo así con una experiencia de tres días de largas caminatas, entre la miseria y el olvido; entre lo que debería ser, pero no es.

En Guanito de Elías Piña, se encuentra la comunidad del Valle, un lugar donde la gente vive cada día, por su precio; donde no hay tiempo para guardar lo de mañana y donde los niños son una esperanza que no se puede perder.

Mi hedor se quitó con un poco de jabón, el dulce aroma a sudor y estiércol en el que vive Gabrielito, Evelito, Kelvin… ¿Cuándo dejaran de preocuparse por el pan de mañana? ¿Cuándo volverán a ser niños? ¿Cuándo la pobreza será para ellos una experiencia de Semana Santa y no una realidad permanente?

Estos tres días, he caminado con las Hijas de Jesús en tierras, para mí, desconocidas. Lo que ocurrió en Elías Piña, solo Dios y yo lo sabemos, pero puedo decir que Dios, El gran Omnisciente a quien homenajeamos con incienso y solemne postura… también tiene la mano pequeña y sudorosa, camina de una a dos horas al día para llegar a la escuela (por lo que pocas veces huele bien) y nos espera en el fin del mundo con una sonrisa sincera en los labios.

 Dios, creador de todas las cosas, siembra habichuelas dos veces al año y cela su cosecha como si su vida dependiera de eso (y no es para menos). Ese manantial de agua viva también tiene que caminar kilómetros perdidos; junto a la mamá de Leury, con dos garrafones de 60 litros para buscar agua quién sabe dónde… Ese Dios que nos mandó a someter todas las creaturas, también tiene una cerca con un par de animales para que como dijo Nelson: ¨Si pasa algo hay que tener un repardito, pa´ que te preten alguno peso¨.

Dios se cansa, pero sigue caminando; llora los muertos, pero, se alegra con los vivos; camina despacio y ronca durmiendo; Dios lucha, con todas sus fuerzas por sobrevivir; Dios camina conmigo en silencio porque no sabe hablar español y con su manita aprieta mis dedos para que no olvide que está ahí, Dios ama y su mirada perdida encuentra esperanza en la mía; Dios no huele a incienso y su aroma de verdad que te tenta a darte una buena ducha.

Agradezco a Dios su abrazo hediondo que se desprende de lo poco que tiene para dármelo, que me recibe en su casa sin parafernalias. Agradezco su gesto humano que mirándome a los ojos me desnuda, destruye mis ideologías, mis caprichos y me eleva a lo sublime, digno y cierto que se esconde en la loma, donde el autobús no llega y los pies no paran.  Gracias a la gente bella que lucha incansablemente por el desarrollo de tantos niños/as del Valle. Pido por tantas personas de corazón dispuesto y manos generosas que han dicho sí a Dios, consagrando su vida a las humildes almas de tan exuberante montaña y pido algún día poder decir: ya no puedo quitarme este olor.     

Experiencia de S.S. Vocacional 2022, El Valle, Elias Piña

Escrito por: Roberto, novicio de la Compañía de Jesús



1 comentario:

  1. Gracias Roberto por compartir tu fina sensibilidad al estar en contacto con la realidad tan desafiante que viven cada día las personas del Valle de Elías Piña.
    Dios continúe bendiciendo tu Alma para que continúe dejándote tocar por su tan diversas formas de AMAR.

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