El 20 de mayo de 1983, un equipo de investigadores del Instituto Pasteur de París, encabezado por el profesor Luc Montagnier, publicó en la revista «Science» el descubrimiento de un nuevo virus, causante del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Aquella enfermedad mortal es, 30 años después, una patología tratable gracias a los antirretrovirales (ARV), unos medicamentos que logran reducir la carga viral en el organismo hasta impedir el desarrollo del síndrome, e incluso su contagio.
Sudáfrica, uno de los países con un mayor número de seropositivos del mundo, es el banco de pruebas de la lucha contra el sida, y cuenta con el mayor programa de antirretrovirales del mundo.
Más de cinco millones de sudafricanos están infectados por el virus, de los cuales 1,9 reciben tratamiento con ARV, y la cifra alcanzará los 2,5 millones de personas en 2014, según el Ministerio de Salud de Sudáfrica.
Sudáfrica, uno de los países con un mayor número de seropositivos del mundo, es el banco de pruebas de la lucha contra el sida, y cuenta con el mayor programa de antirretrovirales del mundo.
Más de cinco millones de sudafricanos están infectados por el virus, de los cuales 1,9 reciben tratamiento con ARV, y la cifra alcanzará los 2,5 millones de personas en 2014, según el Ministerio de Salud de Sudáfrica.
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