Nos hemos reunido 42 hermanas congregadas de 4 países: Cuba, República Dominicana, Mozambique y Brasil. Nos disponemos a estar juntas, unos días antes del inicio de la Congregación Provincial, para conocernos mejor, convivir, compartir la vida, adaptarnos al ritmo de la serenidad y de la paz, para entrar en este momento importante de nuestra historia congregacional, animadas por el Espíritu. Un equipo de hermanas nos ayudó en la dinámica de ese primer día de encuentro y convivencia.
Por la mañana nos fuimos dando a conocer, a través de nuestro nombre, retomando la historia de vida personal de cada una y de las realidades donde cada una vive en misión. ¡Cuántas sorpresas! ¡Cuántas revelaciones! ¡Cuánta historia de vida escondida atrás de cada nombre! Bien dice Yahvé, en Isaías, 49: “Su nombre está grabado en la palma de mi mano”.
Al finalizar la mañana celebramos la Eucaristía presidida por Padre Julio, gran amigo nuestro, celebrando la memoria de los “santos inocentes”. En la homilía, nos animaba a que, en este tiempo de Congregación Provincial, tengamos cuidado con los “Herodes” que traemos dentro y fuera de nosotras. Pero, también a estar atentas, como los Magos que, extasiados, siguieron la estrella y se presentaron ante el Niño Dios Salvador. Somos llamadas a cuidar de la vida, a proteger la vida, como María y José. Y mirando la realidad en que vivimos, ojala no queramos, como Raquel, ser consoladas, porque “sus hijos ya no existen más”. 
Por la tarde seguimos la dinámica de darnos a conocer. Compartimos un poco de nuestra experiencia de fe, la Palabra que nos anima y la moción que nos mueve en estos tiempos. Y, mientras compartimos, fuimos tejiendo cadenas que se entrelazaban formando una grande corriente, sostenida por las manos de cada una. Unión de los corazones... Cuerpo... Solidaridad... Compromiso... Responsabilidad... Fraternidad... Que todas sean una... Palabras que brotaban de la experiencia de no ser más de este o de aquel país o región, pero de la Provincia Brasil-Caribe, una parte del Cuerpo Congregacional, que, en este tiempo...
…“estamos llamadas a participar en la CP; que cada una se disponga lo mejor que pueda para esta colaboración que se os pide, suplicando la gracia de llegar a estar verdaderamente congregadas en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, con todo lo que esto supone de dejar nuestro propio amor, querer e interés, para asumir en todo lo que nos indique el Espíritu Santo de Dios. ¡Es una linda misión! Más allá de ‘nuestros estados de ánimo’ dejémonos conducir, sin olvidarnos de que Dios pasa por donde quiere, y que, para ello, solo espera que nos dispongamos, siendo instrumentos libres y transparentes”. (Carta Circular 49, Superiora General)
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