Mi mejor experiencia espiritual
vivida en este tiempo
A veces he sentido que le
agobio con tanta palabra, pero en ese momento solo necesitaba ofrecer mi
silencio, mi abandono callado, mi espera apacible, mi oídos ávidos para
escucharle, dedicar cada minuto a contemplar desde el corazón el regalo de la
creación, todo creado por el Padre para el hijo, su misericordia, su amor
infinito, su perdón y su llamado, y el rescate del hombre en cualquier realidad
en la que se encuentre, testimonio su presencia, alimentándome en la
contemplación y la meditación de su palabra viva, allí, en las Sagradas
Escrituras, tantas veces ofrecida en la petición, la búsqueda y el llamado del nuestro.
Esta experiencia ha sido
maravillosa, diría yo que la más enriquecedora que he vivido, y quizás ha sido
por el dolor que hoy vive el mundo azotado por una pandemia a la que no vemos
fin, y que a tantas almas ha arrebatado, o la realidad de haber estado en el
lugar del moribundo. Decía el Padre Benjamín en uno de sus salmos…No crece la
vida de Dios desde la muerte humana, sino la plenitud humana desde la muerte de
Dios, esa cercanía movió muchos dentro de mí. Durante este tiempo difícil de mi
vida, mi madre murió, sin mi última mirada ni el esperado adiós, y me sorprende
mi paz, le he dado gracias a mi Señor porque hoy disfruta la alegría de una
vida nueva que la muerte no puede extinguir, la he dejado partir en paz. El me
ha dicho que su amor es más fuerte que la muerte y yo me abrazo a su consuelo
son la fe en la resurrección de su hijo y de los muertos hasta que un día
volvamos a encontrarnos.
Hoy la mirada de Dios ha penetrado mis sentidos y ha llegado a donde solo él puede, dándome tantas respuestas, y mi corazón agradecido le abrió las puertas como invitado de honor. Regocijándose en el cielo estará la Madre Cándida María de Jesús por el acompañamiento de las Hijas de Jesús en este deseo cumplido, que tan amablemente ofrecieron su casa y que con tanto amor me acogieron y acompañaron, agradezco la maestría del Padre Benjamín González Buelta en sus explicaciones virtuales para iluminar mejor cada momento de los ejercicios, y su precioso libro Salmos para sentir y gustar internamente que inspiraron mi oración diaria.
Experimentar a Dios que nos
habla y desea revelarse en cada acontecimiento de la vida, invitándonos a buscar
su presencia en toda la belleza que nos rodea, en los sentimientos y vivencias
del hombre, en sus cruces y alegrías son tesoros que llevo conmigo. Puedo decir
que me voy a vivir mis realidades con la mirada de Jesús, llena del resucitado
que nos ama sin condiciones y a compartir esa alegría con todos, donde veré
multiplicado su rostro.
El camino estará y lleno de
obstáculos y retos, pero su compañía basta, nada puede ser imposible. Con Él
todo lo puedo. Gertrudis de Bayamo
Agradezco también a mi familia que apoyó mi decisión de hacer estos ejercicios espirituales que inflamaron mi alma de amor y atizaron el fervor de mi fe.
Gertrudis, cubana.-
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