Primera Parada
Sabía
que en el silencio de aquel viernes Santo, 2 de abril 1869, la Virgen me
hablaba, pero lo que no me imaginaría era que ese susurro cambiaría mi vida. Mucha
emoción sentí cuando el Señor me llamó a fundar una Congregación que se
dedicara a la evangelización a través de la educación. También, sentí mucho
miedo, pero con todo y mis miedos acepté el reto de fundar la Congregación
Hijas de Jesús.
Segunda Parada
Para
mis padres no fue tan fácil aceptar esta realidad, no obstante, sentí el apoyo
de mi familia, en especial de mi padre quien me expresó: “Hija mía, ve donde
Dios te llame” y mi corazón saltaba de emoción y me hacía sentir que era un
deseo de Dios y me decía a mi misma: “Dios lo quiere”, “DIOS LO QUIERE”.
Tercera parada
Mis
deseos y sueños, se iban concretizando poco a poco. No fue fácil, tenía
muchas necesidades tanto intelectual
como económica. El Padre Herranz me guiaba espiritualmente, me enseñó a leer y
a escribir en castellanos y Dios iba poniendo todos los medios para que mi
querer que también era su querer se hiciera realidad.
El
ocho de diciembre de año 1871, junto a cinco hermanas, inició este camino de
dar a conocer la Gloria de Dios y salvar
las almas, en especial de los más necesitados.
Éramos
pocas al principio pero el amor de Dios era grande y misericordioso, crecimos
tanto que comenzamos a llegar a todas partes del mundo.
Cuarto momento
¡Dios
siempre es fiel! He aquí el sueño de Dios que se encarnó en mí. Ustedes son
parte de este sueño. En verdad “EL MUNDO
ES PEQUEÑO PARA MIS DESEOS”.
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