martes, 18 de diciembre de 2018

Monólogo de Madre Cándida



Primera Parada

Sabía que en el silencio de aquel viernes Santo, 2 de abril 1869, la Virgen me hablaba, pero lo que no me imaginaría era que ese susurro cambiaría mi vida. Mucha emoción sentí cuando el Señor me llamó a fundar una Congregación que se dedicara a la evangelización a través de la educación. También, sentí mucho miedo, pero con todo y mis miedos acepté el reto de fundar la Congregación Hijas de Jesús.

Segunda Parada

Para mis padres no fue tan fácil aceptar esta realidad, no obstante, sentí el apoyo de mi familia, en especial de mi padre quien me expresó: “Hija mía, ve donde Dios te llame” y mi corazón saltaba de emoción y me hacía sentir que era un deseo de Dios y me decía a mi misma: “Dios lo quiere”, “DIOS LO QUIERE”.

Tercera parada

Mis deseos y sueños, se iban concretizando poco a poco. No fue fácil, tenía muchas  necesidades tanto intelectual como económica. El Padre Herranz me guiaba espiritualmente, me enseñó a leer y a escribir en castellanos y Dios iba poniendo todos los medios para que mi querer que también era su querer se hiciera realidad.
El ocho de diciembre de año 1871, junto a cinco hermanas, inició este camino de dar a conocer la Gloria de Dios  y salvar las almas, en especial de los más necesitados.
Éramos pocas al principio pero el amor de Dios era grande y misericordioso, crecimos tanto que comenzamos a llegar a todas partes del mundo.

Cuarto momento

¡Dios siempre es fiel! He aquí el sueño de Dios que se encarnó en mí. Ustedes son parte de este sueño. En verdad “EL MUNDO ES PEQUEÑO PARA MIS DESEOS”.


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