Cuando recibí la invitación a
vivir este encuentro me emocioné mucho, pero nunca pensé que fuera tan
increíble.
Llega el gran día y empecé a
vivirlo desde la mañana, pues estaba muy contenta y sobretodo abierta y dispuesta
a dejarme encontrar por Dios y poder confirmar una vez más, el deseo que Dios
va poniendo en mí. Tenía la confianza de que seria el lugar y el momento
indicado.
Al pasar las horas y ya en
camino para el Licey (Santiago) me empezó a invadir una gran preocupación, esa
sensación de frio en el pecho que me hace dudar, y es cuando empiezo a
preguntarme ¿Cómo será? ¿Qué pasará si no encuentro lo que busco?... pero, en
medio de tantas preguntas e inquietudes decido confiar.
Ya en casa la sensación persiste
pero de un modo distinto, más ligero, y es cuando me encuentro con mi primer
regalo, y es que al entrar a la habitación encuentro una frase que dice: HAZLO,
Y SI TE DA MIEDO, HAZLO CON MIEDO. ¡Waooo!!!!! Fue la dosis perfecta para
entregarme y dejarme llevar por donde Jesús me quisiera conducir. A partir de entonces mantuve
esa confianza y esa paz que ni yo me lo
podía creer, pues se me hace difícil mantener tanta serenidad.
Este fin de semana fue un
reencuentro conmigo misma y con Dios. Un reencuentro donde pude revivir esa chispa que se mueve en mi interior, una vez con más ardor y otras veces con menos, pero siempre está y que a pesar de todos los percances se mantiene viva y me pude dar cuenta al momento de dibujar mi casa (vida). Esas preocupaciones, ataduras siempre estarán, sin embargo, mi casa se mantiene abierta, con mucho deseo de dar vida, de acoger lo que venga, con mucho deseo de continuar.
reencuentro conmigo misma y con Dios. Un reencuentro donde pude revivir esa chispa que se mueve en mi interior, una vez con más ardor y otras veces con menos, pero siempre está y que a pesar de todos los percances se mantiene viva y me pude dar cuenta al momento de dibujar mi casa (vida). Esas preocupaciones, ataduras siempre estarán, sin embargo, mi casa se mantiene abierta, con mucho deseo de dar vida, de acoger lo que venga, con mucho deseo de continuar.
Otro regalo hermoso que
recibí en este fin de semana, fue el poder convivir con las demás chicas y las
hermanas, poder compartir ese deseo común que tenemos, esas ganas de vivir para
el mismo fin, respirar el mismo aliento de vida y sobretodo ver la gran alegría
que permaneció durante el encuentro, el modo de ser, la acogida, la
comprensión, la sencillez, etc. Fue un fin de semana grandioso, un fin de
semana en comunidad, un fin de semana en casa.
“Yo te indicaré el camino que está trazado sólo para ti. Si
buscas seguridades y protecciones en tu camino, perderás de vista el fulgor de
mi desnudo horizonte. Yo te llamo a esa realidad incomparable de mi amor que
jamás conducen a satisfacciones que embotan lo mejor de ser humano: su sed de
infinito, de Reino, de amor, de
justicia”.
justicia”.
Jesús me llama a mí con mis
defectos, con todo lo que soy y puedo darle, con el gran deseo de que no ignore
su llamada y pueda permitirle que me dé de esa agua viva que me esta
ofreciendo, a seguir sus huellas, a vivir según su modo…entonces ¿Qué hacer?
Hoy quiero darle, darme esa
oportunidad, quiero lanzarme y vivir lo que él me invita, empezar ese camino
largo, con miedo, dificultades, pero con
mucha confianza de que si El me dio el deseo me dará el poder y la gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario