El mundo está lacerado por las guerras y la violencia, o
herido por un difuso individualismo que divide a los seres humanos y los
enfrenta unos contra otros en pos del propio bienestar. En diversos países
resurgen enfrentamientos y viejas divisiones que se creían en parte superadas.
A los cristianos de todas las comunidades del mundo, quiero pediros especialmente
un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente.
Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento
mutuamente y cómo os acompañáis: «En esto reconocerán que sois mis discípulos,
en el amor que os tengáis unos a otros» (Jn
13,35). Es lo que con tantos deseos pedía
Jesús al Padre: «Que sean uno en nosotros […] para que el mundo crea» (Jn 17,21). ¡Atención a la
tentación de la envidia! ¡Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo
puerto! Pidamos la gracia de alegrarnos con los frutos ajenos, que son de
todos.
Papa Francisco, carta pastoral Evangelii
Gaudium
No hay comentarios:
Publicar un comentario