Nuevamente el Señor nos convoca para celebrar con alegría, en
familia los 50 años de consagración de Isabel Pomares Ramos FI.
La hermana Isabel con su cercanía, perseverancia y alegría
nos da ejemplo de verdadera entrega a la voluntad de Dios. Su presencia activa con los más necesitados y olvidados del
mundo, me motiva a seguir colaborando en la construcción del reino aquí en la
tierra, en el espacio que me ha tocado vivir.
Las maravillas que el Señor ha hecho en Isabel, me llenan de
fe y esperanza, porque voy comprobando que cuando nos comprometemos con el
corazón y el alma como lo hace la hna., se puede lograr la paz que solo Dios nos
puede dar, viviendo la fraternidad, la solidaridad, la entrega cercana, la
humildad, el amor, la justicia.
Hoy sábado 31 de mayo, que además celebramos en comunión las
hermanas y laicos el natalicio de nuestra querida Madre Cándida, al llegar al
llano, Pueblito de Elías Piñas que nos recibe con sus campos verde y llenos de
energía, he recordado mucho la frase de la Madre ¨Para que no falte el sufrimiento¨ porque al entrar en el pueblo
el puente se cayó y las aguas de la fuerte lluvia desbordo el río.
Esta situación de aparente dificultad me hizo recordar la
frase de la Madre, pero con alegría al mismo tiempo, porque ella pone más sabor
a nuestro encuentro con Isabel y las demás hermanas que le acompañan, que
también nos dan ejemplo de sencillez y disposición.
A través de la celebración sencilla, pero muy significativa oficiada
por Monseñor José Grullón, obispo de la
diócesis de San Juan de la Maguana, me
fui dando cuenta que el sí de Isabel, ha
sido y es, firme y alegre,
porque ella muy emocionada nos cuenta todas las vicisitudes que fue pasando y
aun así perseverando en el proyecto del Padre a través del Carisma de la Madre
Cándida.
También me llama la atención la humildad y sobre todo sentido
del humor de Monseñor Grullón, porque a pesar de ser jerarquía en la iglesia,
se conduce como un amigo cercano y testimonia
con alegría su condición de
pastor.
Tengo que reconocer que el Señor ha estado grande con todos
nosotros al regalarnos en este día
especial para la gran familia Madre Cándida, los ejemplos de vidas religiosas
de Isabel, Monseñor y tantas Hijas de Jesús , que como la Madre Cándida quieren vivir y testimoniar el tesoro que han encontrado. Además dándonos
acogida en unos de los pueblos olvidados de este País; para que confirme como
siempre que Dios se hace presente en lo sencillo y pequeño.
Gracias Señor, por la vida de nuestra hermana Isabel, por la
congregación Hijas de Jesús, que con la presencia del Espíritu Santo, nos ayuda
a encaminarnos hacia el proyecto del Padre, desde el lugar que nos encontremos.
Gracias Señor.
Lucia Guzmán
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