KOMAN OU YE? (¿CÓMO TÚ ESTÁS?)
Entre
Haití y Dominicana, entre el dominicano y el creole, entre las dificultades y
la esperanza, entre la escasez y la belleza, entre el trabajo infantil y la
ilusión de la escuela, entre la repetición de conceptos y el olvido, entre las
supersticiones y la fe, ahí está el Valle.
El
Valle frontera, el Valle tierra de nadie, el Valle sin identidad, el Valle sin
letras, el Valle sin luz.
Te
vas adentrando en el Valle, en sus gentes, en su corazón. Paseando oyes la voz
de un niño que chilla: Koman ou ye?
(¿cómo tú estás?), sonriendo, respondes: Pa pi mal (bien). Sigues admirando el paisaje, la grandeza de sus
montañas; reflexionando, con desconcierto, sobre las normas del Valle. La ley
de la fuerza, la norma de la venganza, la piedra en la mano y la picaresca
pero, a la vez, el amarre por ayudar a los niños chiquitos a batear, el guardar
el chocolate al hermano pequeño, el gesto de traer el paraguas el día de
lluvia, el enseñar al compañero a escribir correctamente el 3, el silencio
cuando se hace gusanito, el
reconocimiento de las emociones cuando se habla de ellas.
Dificultades
y avances conviven juntos, caminan de la mano, construyen realidad. Poco a
poco, en pequeños gestos, parecen que va calando, como gotitas de lluvia, las
enseñanzas de la escuela, las vocales, los trazos, el sonido de la m con sus amiguitas, los números del 1 al 30, las reflexiones, las jornadas
del Trato por el buen trato, la
lectura de cuentos, los rompecabezas, los juegos, la apertura de la venta comunitaria;
y, con esas gotitas de lluvia nos bañamos en la esperanza, satisfacción e
ilusión.
Conversando
con los niños, te indigna conocer cómo la soledad, la falta de cariño, el
desapego se han instalado en sus vidas. Piensas, reflexionas: ¿cómo grabar conceptos en la memoria cuando
quizá el olvido es supervivencia? Escuchas las palabras de los chicos, sus
canciones, sus sueños en un futuro dibujado con mayor estabilidad familiar. Les
recuerdas lo bueno que tienen, la dignidad del ser y, al final, escuchas mési anpil (muchas gracias).
El
Valle se va construyendo porque JUNTOS LO CONSTRUIMOS, soñando que el Valle
frontera sea Valle de convivencia, el Valle tierra de nadie sea tierra de
todos, el Valle sin identidad tenga personalidad, el Valle sin letras sea letrado y el Valle sin energía brille con luz
propia.
MÉSI ANPIL (MUCHAS GRACIAS)
(Voluntarias FASFI)
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