Estamos en el día después de la excursión y siguen los
comentarios y ecos de la estupenda experiencia de ayer. Sobre todo cuando hoy amaneció con
lluvia intensa dimos nuevamente gracias a Dios por el regalo vivido. Tanto que al comenzar la sesión
moderada por Clara ésta comenzó diciendo “el Señor ha estado grande con
nosotras” … así fue y con ese sentimiento de gozosa gratitud comenzamos el
trabajo.
Los deseos que expresábamos en el autobús cuando nos
dirigíamos a Ninfa se fueron cumpliendo a lo largo del día. Los compartimos, así como algunas otras foto del lugar y
la de todas las congregadas ante
uno de los rosales.
Los deseos se pueden agrupar:
Desde la meteorología
Que llueva poco
(María Inéz)
Que no llueva nada (Lola)
Que salga el sol
(Iris)
Desde la gramática:
en infinitivo
Disfrutar (María Luisa)
Compartir (Rosa)
Contemplar (Yajaira)
Descansar (Silvia)
Desconectar (Raquel)
Desde la nostalgia
Me parece lo que ha
dicho la hermana anterior (Mercedes)
Que nos acordemos de
todas las comunidades (María José)
Desde la espiritualidad
Reposo interno
(Enaceyla)
Varios
Que sea un día BUENO
(Joaquina)
Que sea una
convivencia muy buena para disfrutar (Pepita)
Una buena ocasión
para compartir con las Hnas. de la Comunidad (Mary Carmen)
Disfrutar con el
intercambio de lenguas (Patricia y Lee)
Convivir con las
hermanas en ambiente distinto (Sofía)
Un día para
relajarnos (Emelinda)
Pero como los deseos
se hicieron realidad, esta mañana
estábamos con ánimo renovado aunque el cansancio de largas caminatas por los
jardines y subidas y bajadas por lugares medievales, se acusaban en nuestros cuerpos.
Hoy la Provincia de
China-Taiwán nos sorprendió con un precioso regalo típico de aquellos
países. De pronto la sala adquirió
una tonalidad intensamente roja que preanunciaba un trabajo apasionado
…Gracias, hermanas.
Clara nos invitaba a
abrir nuestros sentidos para ir descubriendo desde la profundidad de nosotras
mismas y de la comunidad de congregadas que formamos, las llamadas que el Padre nos está haciendo para que, como Cuerpo, con la ayuda del Espíritu, avancemos y no nos detengamos en el camino de seguimiento
radical de Jesús; que no perdamos
de vista esa pregunta que nos acompaña:
“Padre, ¿qué quieres
comunicarnos?”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario