lunes, 8 de abril de 2013

¿AMOR?

La laureada y aplaudida película de M. Haneke merece una reflexión, más antropológica que cinematográfica. Como mi comentario anticipa el final, he querido dejar pasar el tiempo para que los lectores ya la hayan visto. Soy sólo un vulgar aficionado al cine y no entraré en análisis técnicos. Ha seducido a muchos la sobriedad del director y la interpretación de los dos actores. Sobre todo ella: me faltó tiempo para buscarla por internet en “Hiroshima mon amour”, y sufrir la inevitable comparación entre los dos rostros y los dos cuerpos: el de 1959 y el de 2012.
También creo que las secuencias en que intervienen personajes distintos de ellos dos, aunque fueran necesarias no están del todo bien fundidas con el núcleo del filme (la visita del alumno concertista, la despedida de una cuidadora y hasta las visitas, imprescindibles, de la hija). Prescindiendo de estos detalles más técnicos quisiera hacer algunas observaciones que afectan más al guión o, quizá mejor, al fondo de la película.

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