sábado, 2 de marzo de 2013

Haití: desesperanza en los campamentos de supervivientes del terremoto

"Aquí tenemos todos los problemas del mundo", dice Joceline Vilsen, de brazos cruzados frente a su precaria carpa rodeada de escombros y basura, resumiendo el horror que significa vivir en Jean-Marie Vincent, el mayor campo de desplazados de la capital de Haití, que acoge a 26.000 personas, tres años después del terremoto.
Con la mirada perdida, responde que "no" a la pregunta de si ha comido hoy. "Es difícil conseguir la comida diariamente; cuando no tenemos qué comer, nos quedamos de brazos cruzados", admite resignada, descalza, junto a su hija de un año que juega distraída en el polvo.
Las cerca de 8.000 familias que viven en el gigantesco campamento llegaron aquí tras el terremoto que el 12 de enero de 2010 acabó con la vida de más de 220.000 personas y dejó a 2,3 millones sin abrigo.
Tres años después, 347.000 personas viven todavía en unos 450 campos de desplazados, según un reciente censo de la ONG CCCM (Camp Coordination and Camp Management).
El campamento Jean Marie Vincent es un infierno de calor, polvo, escombros y olor a cloaca donde se agolpan miles de carpas, construidas con palos y pedazos de bolsas, muchas alrededor de las carcazas de aviones y helicópteros de lo que fue una base aérea, situada en el centro de la ciudad.

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