La “custodia” de Jesús que hizo san José desde su papel en la Sagrada Familia ha sido el eje de la homilía del papa Francisco en la misa de inicio de su pontificado, ante una Plaza de San Pedro llena para escucharlo y en la que la climatología ha respetado la celebración. Y una idea insistente: el “servicio humilde, concreto, rico de fe” como guía para el ministerio petrino.
“Nunca olvidemos que el verdadero poder es el servicio, y que también el Papa, para ejercer el poder, debe entrar cada vez más en ese servicio que tiene su culmen luminoso en la cruz”, expresó Francisco en su homilía, breve pero no improvisada como en otras ocasiones, ya que esta vez sí que llevaba un guión escrito.
Y en varias ocasiones insistió: “Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados”.
Y en varias ocasiones insistió: “Custodiar a Jesús con María, custodiar toda la creación, custodiar a todos, especialmente a los más pobres, custodiarnos a nosotros mismos; he aquí un servicio que el Obispo de Roma está llamado a desempeñar, pero al que todos estamos llamados”.
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