domingo, 22 de abril de 2018
viernes, 13 de abril de 2018
ACRÓSTICO A LA MADRE ROSINA MARTIN
R-esponsable uno de sus grandes valores.
O-bediente a Dios padre.
S-encilla, consejera familiar.
I-mitadora de Jesús y M. Cándida sirviendo a los más necesitados.
N-unca se podrá olvidar tu obra junto a las hijas de Jesús.
A-udaz en su proyecto sin importar los desafíos.
M-aria fue tu fuente de inspiración.
A-mante de la justicia y la fraternidad.
R-espetuosa con todos.
T-rabajadora incansable y servicial.
I-nnovadora, creativa, motivadora a la superación personal.
N-ueva luz en la formación integral para la comunidad de Cotui.
Gracias por dejar tus huellas aquí.
Carmen Lidia, ex-maestra del Politécnico la Inmaculada, Cotui
"Un recuerdo viviente: Rosina"
¿Cómo puede una persona saltar el cuerpo mortal
y mirar directamente al alma? ¿Cómo puede una sonrisa mostrarte el rostro de
Dios? Nos dejas maravillados con tanta ternura expresada en una sola mirada, con
tu sonrisa siempre brindando amistad serena. Tu "gracias" a la vida
nos contagia de un amor para darlo en todo y a todos.
Diomarys Tolentino, aspirante FI
jueves, 12 de abril de 2018
miércoles, 11 de abril de 2018
viernes, 6 de abril de 2018
Ama y ama aún más hasta que te piquen las costillas...

Me resulta curioso que como en aquella vez en una de las
etapas de FIJA, la cual podría decir que fue de las experiencias mas
importantes y reveladoras de mi vida, descubrí mi vocación como misionero.

Hago mias las palabras
de Santa Madre Teresa de Calcuta "ama y ama aún más, amemos hasta que nos
duela". Debemos amar hasta que nuestro corazón palpite tan fuerte, que
"NOS PIQUEN LAS COSTILLAS" el misionero no solo debe ser misionero
cuando vamos de misión, el misionero es misionero hasta cuando duerme, es lo
que yo siempre digo, pero gracias a Dios que me permitió ir a misionar este
año.

Tengo ya tres años misionando
con las Hijas de Jesús pero los tres años vienen con su sazón nuevo, por eso
solo puedo decirte esto, si quieres ser misionero:
AMA Y AMA AÚN MAS HASTA QUE
TE PIQUEN LAS COSTILLAS Y CUANDO TE PIQUEN PUES RASCATE Y SIGUE
AMANDO.....
Luis Cepedes
martes, 3 de abril de 2018
EXPERIENCIA DE MISION
Esta es mi segunda experiencia en Misión y no me arrepiento para nada. Fui llena de expectativas, salí de allí habiendo cumplido cada una y más.
Fui enviada a la comunidad de La Cueva en San Juan, una comunidad no tan extensa, lejana y muy sencilla pero con personas increíbles. Antes de llegar, aún en el camino pude notar lo mucho que la comunidad es marcada por la visita de los misioneros ya que quien nos guiaba, que era un niño de 10 años, empezó a preguntarnos por los misioneros que fueron en años anteriores.
Al llegar nos recibieron con mucho amor, amor que no dejamos de sentir mientras estuvimos allá. Pude percibir que las personas de esta comunidad, desde los más pequeños hasta los mayores, tienen a Jesús muy presente en su diario vivir y les gusta ser participes de las actividades en la capilla.
Algo que me toco mucho en el viacrucis con los niños fue que, sin pedirselo, buscaron el libro de cantos y eran ellos mismos quienes cantaban y dirigian los cantos. Fue una experiencia hermosa.
En la celebración de la Vigilia Pascual casi toda la comunidad se hizo presente y la comunidad tuvo mucha participación (de manera voluntaria) al igual que en la demás actividades, incluyendo jóvenes, adultos y niños.
Puedo dar testimonio de que salí de allí con un pedazo de mi corazón renovado, con Jesús resucitado en mi y con una inmensa gratitud. El otro pedazo lo deje en La Cueva, en cada casa, familia, niño que visité, en cada abrazo, sonrisa y lágrima...
Gracias por permitirme ser parte de esto, por permitirme dar y recibir tanto.
Santiago.
lunes, 2 de abril de 2018
EL ROSARILLO
2 de abril de 1869. En Valladolid, ante el altar del Rosarillo, comienza -en germen- la Congregación de las Hijas de Jesús.
Dios regala a Juana Josefa un carisma particular que la hace sentir "Hija de Jesús" y le pide que funde una Congregación que se dedique a la educación de la niñez y juventud.
Felicidades a toda la FAMILIA MADRE CÁNDIDA!!!!
EXPERIENCIA MISION SEMANA SANTA 2018
En esta
Semana Santa estuve participando en la misión con las Hijas de Jesús en los
campos fronterizos de Elías Piña, siendo ésta la primera misión en la que
participo.
Desde
el instante mismo en que se me hizo la invitación me sentía ya en preparación:
sentía mucha curiosidad de saber cómo sería la experiencia, a qué me iba a
enfrentar y si algo se movería en mi, qué sería.
Me
sentí lanzada por Jesús a una aventura, una aventura a la que fui cargada y
llena de expectativas, de miedos, inseguridades, temores, energía, entusiasmo y
tantas otras cosas que me aseguraban desde ya que la experiencia iba a ser
única. Pero también fui con deseos enormes de ser sensibilizada, de encontrar a
Dios en cada rostro, sonrisa, gesto de amor; así como también en las realidades
más duras y difíciles.
Al
llegar a El Valle confieso que realmente me sorprendió muchísimo ver la
realidad del lugar, su cultura y dudé de mi capacidad de poder mostrar al Dios
del amor a tantas personas que parecen encontrarse alejadas de él.
Pues ya
emprendido el camino a Plan Café, comunidad que me tocó acompañar, fui
haciéndome consciente de lo que me iba a enfrentar y sintiéndome en conexión
con la gente.
Fui
capaz de encontrar el rostro de Jesús en cada niño/a y la hermosa sonrisa que adorna
sus tiernas caritas, en las familias en extrema pobreza, en las madres cuya
compañía es la soledad. Pero también lo encontré allí muy dentro de mí, dándose
en cada gesto de amor, en el compartir con el/la otro/a.
Estos
días fueron un constante confirmar que en las realidades más duras y difíciles,
en realidades como esas es donde Jesús me quiere y necesita, pues fui capaz de
darme cuenta que allí saco o doy algo parecido a lo mejor de mí, porque no di
lo mejor. Soy capaz de dar muchísimo más.
Con
esta experiencia Jesús ha pasado por mi vida dejando una huella imborrable,
siendo presencia viva que se nota y se hace presente. Siento su invitación a
que como él todo lo que haga vaya dejando huellas que otros puedan
seguir, que a otros puedan guiar.
Sin
lugar a dudas está experiencia de misión me ha marcado, enseñándome el amor
incondicional que a otros soy capaz de dar, enseñándome el valor de las cosas.
Y me voy siendo por sobre todas las cosas mucho más agradecida, recordando y
llevando en el corazón la cercanía que he tenido con la realidad de ese lugar.
YENNIFER CASTILLO
Guachupita, Santo Domingo
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