martes, 3 de abril de 2018

EXPERIENCIA DE MISION

Esta es mi segunda experiencia en Misión y no me arrepiento para nada. Fui llena de expectativas, salí de allí habiendo cumplido cada una y más.

Fui enviada a la comunidad de La Cueva en San Juan, una comunidad no tan extensa, lejana y muy sencilla pero con personas increíbles. Antes de llegar, aún en el camino pude notar lo mucho que la comunidad es marcada por la visita de los misioneros ya que quien nos guiaba, que era un niño de 10 años, empezó a preguntarnos por los misioneros que fueron en años anteriores. 

Al llegar nos recibieron con mucho amor, amor que no dejamos de sentir mientras estuvimos allá. Pude percibir que las personas de esta comunidad, desde los más pequeños hasta los mayores, tienen a Jesús muy presente en su diario vivir y les gusta ser participes de las actividades en la capilla.


Algo que me toco mucho en el viacrucis con los niños fue que, sin pedirselo, buscaron el libro de cantos y eran ellos mismos quienes cantaban y dirigian los cantos. Fue una experiencia hermosa.

En la celebración de la Vigilia Pascual casi toda la comunidad se hizo presente y la comunidad tuvo mucha participación (de manera voluntaria) al igual que en la demás actividades, incluyendo jóvenes, adultos y niños. 

Puedo dar testimonio de que salí de allí con un pedazo de mi corazón renovado, con Jesús resucitado en mi y con una inmensa gratitud. El otro pedazo lo deje en La Cueva, en cada casa, familia, niño que visité, en cada abrazo, sonrisa y lágrima... 

Gracias por permitirme ser parte de esto, por permitirme dar y recibir tanto.

Yamil Edith Perez Crousset  
Santiago.

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