Hemos bajado esta semana con las retinas teñidas de los bonitos colores de las trenzas de las niñas del Valle, de sus ojos enormes y abiertos por lo que van descubriendo en sus libros y en la vida, y de la mezcla de su piel negra con el marron de la tierra... Gracias Señor de la vida por repartirla en abundancia donde tanto necesitan.
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