Los 40 días de la cuaresma son un símbolo “memorioso” de los 40 días que duró el diluvio, 40 años de la travesía de Israel por el desierto hacia la Tierra Prometida, los 40 días de las tentaciones de Jesús en el desierto… viniendo a significar limpieza y purificación.
La oración en cuaresma, en esta nueva travesía por el desierto hacia la libertad, la resurrección, será pues como el sustento para sobrevivir y permitir que algo nuevo renazca. En el desierto nos encontramos en lucha con los elementos y contra los propios demonios: el sol abrasador, la luz extrema, la soledad, el hambre, el viento caluroso, la arena que hace fatigoso el caminar, la intemperie… y por eso nos exponemos a un proceso purificador, del que surge el más puro yo verdadero, sin agarraderos ni excusas.
La oración en cuaresma, en esta nueva travesía por el desierto hacia la libertad, la resurrección, será pues como el sustento para sobrevivir y permitir que algo nuevo renazca. En el desierto nos encontramos en lucha con los elementos y contra los propios demonios: el sol abrasador, la luz extrema, la soledad, el hambre, el viento caluroso, la arena que hace fatigoso el caminar, la intemperie… y por eso nos exponemos a un proceso purificador, del que surge el más puro yo verdadero, sin agarraderos ni excusas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario