Felicidades para
toda la familia de Madre Cándida en los 145 años de la inspiración del instituto de las Hijas
de Jesús. Una escucha obediente que ha dado frutos.
Hacemos memoria agradecida de este gran acontecimiento.
“Acudía a menudo a una Iglesia, llamada del
Rosarillo, en la que solía estar el Santísimo expuesto, y hacia allí largos
ratos de oración. Era viernes santo. Durante
aquella semana de tanta devoción en Valladolid me había permitido el
Padre Herranz hacer alguna penitencia extraordinaria, además de los ayunos y
abstinencias mandados por la Iglesia. Yo pedía al Señor una y otra vez que
iluminara mis sombras, ya que la luz no acababa de hacerse en mi alma. Aquel
día rezaba y esperaba ante el altar de la Sagrada Familia, y fue entonces que
mi alma experimentó una conmoción especial. Fue como si de repente una luz
radiante se me hubiera encendido en el corazón. Dios iluminaba mi entendimiento
y abría a sus palabras mi voluntad.
Entonces percibí claramente dentro de una gran paz, que debía Fundar una congregación con el título de Hijas de Jesús, dedicada a la salvación e las almas, por medio de la educación e instrucción de la niñez y juventud. (Del libro “Juanitatxo nos cuenta su vida”, Maria Luisa Matamala FI)¨.
Gracias,
Madre Cándida
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