Con una mezcla de serenidad y emoción contenida, Benedicto XVI ha pronunciado sus últimas palabras como Papa desde el balcón de Castel Gandolfo. «Queridos amigos, soy feliz de estar con vosotros. Vuestra simpatía me hace mucho bien. Gracias por vuestra amistad y vuestro afecto», ha comenzado. El Santo Padre ha recordado que este saludo es distinto a los anteriores, porque a las 8 de la tarde dejará de ser Pontífice. El Papa se ha descrito como «un peregrino que inicia la última etapa de su peregrinaje en nuestra tierra». «Me gustaría con mi amor, con todas mis fuerzas, trabajar por el bien común de la Iglesia. Me siento muy apoyado. Gracias y buenas noches», ha concluido, mientas bendecía a los fieles congregados en la plaza.
Benedicto XVI ha abandonado el Vaticano en helicóptero, a las 17.07 horas de este jueves, con destino a Castel Gandolfo, donde a las 20.00 horas de este jueves, 28 de febrero, se hará efectiva la renuncia a su Pontificado.
La próxima vez que regrese a la Santa Sede, lo hará como Papa emérito. Las campanas de la ciudad de Roma han sonado para despedir al Pontífice, que ha abandonado su apartamento caminando con un bastón, y ha partido desde el Patio de San Dámaso, junto a su secretario personal, Georg Gaenswein, y Alfred Xuereb, así como monseñor Leonardo Sapienza, de la Prefectura de la Casa Pontificia, su médico personal, Patricio Polisca y el sucesor de Paolo Gabriele, Sandro Mariotti.
Benedicto XVI ha sido despedido por el secretario de Estado, Tarsicio Bertone, y otros miembros de la curia y empleados del Vaticano, que le han ovacionado con largos aplausos. A las 20.00 horas, Benedicto XVI renunciará a su Pontificado y pasará a ser Papa Emérito o Romano Pontífice Emérito. A partir de entonces, seguirá vistiendo de blanco, pero sin la esclavina, y sustituirá sus zapatos rojos por otros marrones que le regalaron en su viaje a México.
Desde esa hora, dejará de usar el anillo del Pescador, que será inhabilitado. Dentro de dos meses, el Papa se trasladará a vivir al convento Mater Eclessiae, donde residirá «desaparecido» para el mundo, tal y como él mismo ha asegurado. Unas 2.000 personas se han congregado esta tarde en la Plaza de San Pedro, para contemplar desde las pantallas de televisión instaladas para ver en directo cómo Benedicto XVI deja la Santa Sede.
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