jueves, 7 de febrero de 2013

Educar para una sociedad plural (Parte I)

Habría que comenzar aclarando los términos. Qué entendemos por educación.
Por un lado, deberíamos decir que educar es un proceso que consiste en ir logrando que las personas, como sujetos, puedan ir sacando de sí lo que son y tienen, con la ayuda de mediadores y mediaciones. Sacar de sí (ex-ducere) y a la vez ser conducidos (e-ducare). El proceso educativo es un proceso largo, que lleva la vida entera pero que tiene etapas formales marcadas. Son las etapas que transcurren en los centros educativos.
Deberíamos señalar en este punto algo muy importante: además de la responsabilidad indelegable de la familia, no es sólo la escuela o la universidad la que educa. Es la sociedad la que educa y lo hace de muy diversas maneras. Una de ellas es con la explicitación de los modelos deseables.
Dice a este respecto Guillermo Jaim Echeverry: “Los chicos saben lo que los mayores les enseñamos con el ejemplo. Los más inteligentes son los primeros en aprender que resulta mucho más importante seguir lo que la sociedad les enseña implícitamente con sus acciones y a través de sus estructuras de recompensa que lo que predica la escuela en lecciones y discursos sobre el recto comportamiento”.
Por Rafael Velasco sj

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