miércoles, 30 de enero de 2013

MENSAJE de ELÍAS ROYÓN SJ en la Jornada de la VIDA CONSAGRADA

Queridos hermanos, queridas hermanas:
Como recordáis, uno de los objetivos que señaló el Beato Juan Pablo II al instituir en 1997 la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, era invitar a las personas consagradas “a celebrar las maravillas que el Señor ha realizado en ellas,…y hacer más viva la conciencia de su insustituible misión en la Iglesia y en el mundo”. En este año de la fe, en la festividad de la presentación del Señor en el templo, os invito pues a celebrar con gozo y agradecer con humildad nuestra vocación a ser “signos vivos de la presencia de Cristo resucitado en el mundo”, como reza el lema elegido en esta ocasión.
Es una invitación apremiante del Santo Padre en su carta apostólica Porta Fidei a cada cristiano y por tanto, de modo particular, a cada uno de nosotros, religiosos y religiosas, a ser esos testigos creíbles que la Iglesia y el mundo necesitan hoy para abrir el corazón y la mente de muchos al deseo de Dios (cf PF 15). Los documentos preparatorios para el pasado Sínodo sobre la Nueva Evangelización, han insistido en la necesidad de que la Iglesia, y en ella obviamente la vida consagrada, sea evangelizada mediante “una conversión y una renovación constante, para evangelizar al mundo con credibilidad” (Lineamenta 37; cf EN 14-15). Y Benedicto XVI recuerda que “es a la vez santa y siempre necesitada de purificación, y busca sin cesar la conversión y la renovación” (PF 6). 
Por Elías Royón sj
Presidente de la CONFER (Confederación de Religiosos de España)

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