En Cuba, la Iglesia, a través de Caritas, se ha abierto un espacio propio de actuación, de acuerdo a la doctrina social que ha roto desconfianzas en ámbitos gubernamentales. A pesar que la demanda de ayuda crece, las obras caritativas realizan un encomiable esfuerzo por responder a las necesidades de más y más cubanos.
ZENIT conversó con la doctora Maritza Sánchez Abiyud, directora de Caritas Cuba, quien estuvo en esta ciudad para participar en la Asamblea del Consejo Pontificio Cor Unum. Ofrecemos a nuestros lectores la segunda y última parte de la entrevista.
Si revisamos las estadísticas de los últimos veinte años en Cuba, ¿Aumentaron las personas que tocan a la puerta de Caritas pidiendo ayuda?
--Maritza Sánchez: Ciertamente que hay más demanda. Y no podemos crecer más porque no tenemos los recursos, y porque debemos cuidar la calidad de las intervenciones, pues no es solo un asistencialismo, sino que hay que acompañar bien los procesos de transformación. No tenemos la capacidad de llegar a todos, pero sí, sentimos que más gente toca y hay más presión.
ZENIT conversó con la doctora Maritza Sánchez Abiyud, directora de Caritas Cuba, quien estuvo en esta ciudad para participar en la Asamblea del Consejo Pontificio Cor Unum. Ofrecemos a nuestros lectores la segunda y última parte de la entrevista.
Si revisamos las estadísticas de los últimos veinte años en Cuba, ¿Aumentaron las personas que tocan a la puerta de Caritas pidiendo ayuda?
--Maritza Sánchez: Ciertamente que hay más demanda. Y no podemos crecer más porque no tenemos los recursos, y porque debemos cuidar la calidad de las intervenciones, pues no es solo un asistencialismo, sino que hay que acompañar bien los procesos de transformación. No tenemos la capacidad de llegar a todos, pero sí, sentimos que más gente toca y hay más presión.
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