Los primeros cristianos vieron en la actuación del Bautista al
profeta que preparó decisivamente el camino a Jesús. Por eso, a lo largo
de los siglos, el Bautista se ha convertido en una llamada que nos
sigue urgiendo a preparar caminos que nos permitan acoger a Jesús entre
nosotros.
Lucas ha resumido su mensaje con este grito tomado del profeta Isaías: “Preparad el camino del Señor”.
¿Cómo escuchar ese grito en la Iglesia de hoy? ¿Cómo abrir caminos para
que los hombres y mujeres de nuestro tiempo podamos encontrarnos con
él? ¿Cómo acogerlo en nuestras comunidades?
Lo primero es tomar conciencia de que necesitamos un contacto mucho
más vivo con su persona. No es posible alimentarse solo de doctrina
religiosa. No es posible seguir a un Jesús convertido en una sublime
abstracción. Necesitamos sintonizar vitalmente con él, dejarnos atraer
por su estilo de vida, contagiarnos de su pasión por Dios y por el ser
humano.
Por José Antonio Pagola
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