domingo, 18 de junio de 2017

"DIOS ME HABLARÁ CUANDO ÉL ASÍ LO DISPONGA"

Recuerdo que tengo ya dos años preguntándome: ¿qué quieres de mí Señor?, una pregunta que desde primera etapa de campamento me planteé y al llegar la primera jornada, más peso tenía en mi corazón. 

Con la primera jornada pude ver que son muchas las vocaciones, que no sólo se resumen en el matrimonio o en la vida religiosa, y para ser honesta fue la jornada en la que más dudas tuve, en la que peor me encontraba, pues mi desesperación era tan grande que dejaba que me carcomiera.

Pude ir entendiendo que Dios no me habla cuando yo quiera, sino cuando él así lo disponga, y fue algo que me costó, y que aún trabajo con ello. 

Ya en la segunda jornada pude conocer las distintas llamadas, y sentirme aún más llamada. Saber que Dios elige a personas normales, con pecados, me ayudó a dejar de sentirme tan pequeña para los planes que él tenía conmigo. Entendí que por más que queramos evitar ese llamado, no podemos, pues siempre está ahí, en nuestro ser. 

Tercera jornada, un fin de semana que necesitaba tanto, al que llegué con preocupaciones, miedos, dudas..., tantas cosas dentro de mí que habían surgido en esos 7 meses en los que había iniciado proceso vocacional. A raíz de una reflexión pude darme cuenta que Dios me quiere para algo importante, pero que con mi desesperación no podía ver con claridad, y en ese momento de luz supe que aún no es mi tiempo, por primera vez sentí una llamada, en la que me decía que él a su tiempo me indicaría qué hacer. 

No voy a mentir diciendo que ya no tengo dudas, o que estoy cien por ciento segura de mi vocación, al contrario, pero algo sí puedo decir: estas jornadas me han enseñado a no detenerme por miedo, por creer que no voy a poder, me han dado fuerza a seguir adelante, dar ese primer paso, a seguir en constante búsqueda, y sobre todo a AMAR Y SERVIR.

Madelyn Núñez, alumna del Politécnico N.S.de las Mercedes

Madelyn cuenta con nuestras oraciones para escuchar y responder a la llamada de Dios en su vida.

1 comentario:

  1. Qué lindo! Dejar que Dios sea el que conduzca nuestras vidas. En verdad Él nos conoce más que nosotras mismas y no acelera nuestro ritmo...

    ResponderEliminar