martes, 19 de enero de 2021

Agradecimiento de tanto bien recibido desde la comunidad de Cuba

Este año la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María inicia un Año Jubilar en la Congregación de las Hijas de Jesús, que culminará el 8 de diciembre de 2021 celebrando los 150 años de la fundación.

En Bayamo, la catedral acogió a quienes se sumaron a esta celebración: Hijas de Jesús, Familia Madre Cándida, laicos de diversas comunidades. En esta noche, en que rememoramos la disposición de una mujer sencilla, María, que supo y quiso escuchar su llamada, también valoramos el esfuerzo de otra mujer humilde, Juana Josefa, que también escuchó y aceptó “lo que Dios quiere”.

En una emotiva celebración, quienes asistimos agradecemos los rasgos de su carisma: Filiación, Cristocentrismo, Universalismo, Disponibilidad, y Espíritu Mariano. En este espacio pudiera referirme a la Madre Cándida, a las Hijas de Jesús, la Familia Madre Cándida o las sabias palabras de nuestros sacerdotes, jóvenes ignacianos, laicos de las comunidades… voy a dejar que quienes están mejor preparados que yo, tienen mayor conocimiento o datos más actualizados lo hagan.

En esta noche quisiera agradecer a Dios por haber conocido a cada una de estas magníficas mujeres (no menciono sus nombres porque son muchas, pero ellas saben quienes son), que me han ayudado, a mí y a muchos a crecer, a sanar, a mirar mi vida (nuestra vida) desde una perspectiva incluyente y abierta. Agradezco por todas ellas, que en Cuba y muchos lugares del mundo apuestan por acompañar en el difícil arte de construir proyectos de vida, hallazgo de horizontes.

Con muchas de estas maravillosas personas emprendí la aventura de los Ejercicios Espirituales ignacianos, y cada vez ha sido un regalo diferente. Los nombres de mis acompañantes, para mí, están asociados a momentos de alegrías, dolores, descubrimientos, discernimientos, obras, acciones…

Gracias a la Divina Providencia por haberlas conocido, a la Madre Cándida por aceptar el reto y creer, a cada una de las hermanas por su paciencia y disponibilidad, a los laicos y laicas de la Familia y de nuestras comunidades por la decisión de apostar por este Carisma vivo en un Camino compartido.

¡Muchas gracias!

Maylin Yero Perea                 



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