Es Navidad y en éste año 2020 en cada latir de la VIDA estuvo presente la ENERGÍA DEL CREADOR CUIDADOR, infundiendo optimismo a cada SER HUMANO, pues la VIDA TODA experimentó uno de los desafíos más desorbitantes de los últimos años.
En un instante fuimos embosalados, distanciados y encerrados, más la VIDA aún temerosa CONTINÚA su espontaneidad, como si no supiera de la gran amenaza y persecución que la acosa.
ES NAVIDAD y la VIDA CONTINÚA espontánea y arriesgada como cuando se encontraba en aquella CUEVA de animales, pero que BUENO que al igual que AYER existen CUIDADORES, que la protegen con la certeza de que TODOS SOMOS UNO y habitamos la CASA COMÚN, ÉSA QUE TAMBIÉN URGE DE UN ESMERO CUIDADO PARA QUE TODOS FLUYAMOS COMO HERMANOS GUARDIANES DE TODO EL INMENSO LEGADO QUE SE NOS CONFIÓ AÚN SABIENDO QUE ES SAGRADO Y NOSOTROS EN MÁS DE UNA OCASIÓN DE ESTO NOS OLVIDAMOS.
Marcelina Garcia, h.j.
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