Este año 2020 nos ha traído experiencias inolvidables
e inimaginables, iniciamos un año cargado de ilusiones y esperanzas por
descubrir, 366 días donde Dios nos ira manifestando su amor-ternura…
La Cuaresma,
tiempo que como cristianos se nos invita a revisar, encontrarnos, mirar nuestro
caminar y cómo estamos siendo reflejo de Su Amor, pero de manera muy particular
este año la hemos vivido a nivel mundial, de nuestra América, de nuestro país y
de nuestra familia de manera diferente: la declaración de Pandemia mundial por
el Covid-19: se registran los primeros casos en nuestro país y ya no tan solo la alerta sino el
experimentar la Cuarentena, el distanciamiento social, para no ser contagiados o no contagiar. Desde
el 19 de marzo tuvimos que hacer un pare a lo que llamamos nuestro ritmo
habitual: se paralizaron las labores habituales y ahora la opción es, quedarnos en nuestros hogares.
La Semana Santa, donde
la iglesia nos llama a acompañar a Jesús que muere por Amor, que se
entrega por cada uno de nosotros la
hemos vivido con el sentido de acompañar, de estar atentos y sensibles a un
Jesús que hoy pide que le oremos, que le ayudemos, que nos quedemos en casa. No
teníamos tiempo para reír con los miembros de mi familia, de comer, de
compartir… Ahora estamos en casa, aprendiendo, amando, compartiendo y en medio
de eso Jesús Resucita.
Esta Cuarentena nos ha ayudado a conocernos, a ver y
descubrir al otro, preocuparnos y rezar
por el que conocemos, el que no conocemos, por el que necesita ese apoyo
en el silencio. Hoy tenemos tiempo para ESTAR juntos, DISFRUTAR, CREAR juntos,
impulsar nuestra creatividad, sentarnos y simplemente escuchar, ver como los pájaros
vuelan libres, como nuestros mares retornan a la vida, como nuestro planeta
está menos contaminado, como la creación vuelve a Ti.
GRACIAS porque “ES PRECISO LLEGAR A LA CUMBRE, DE
HACER, HACERLO ENTERO” porque hoy nos invitas a vivir con poco, no necesitamos
tantas cosas materiales, lo importante es VIVIR día a día, pararnos en la
ventana y reír con el vuelo de un pájaro, con su canto, con un chiste malo del
que está a mi lado, con la canción desafinada que entre todos creamos…. Ver
como la grama vuelve a su verdor, las aguas vuelven a ser cristalinas, los
animales viven felices porque la
naturaleza se recupera… es tiempo de CUIDAR NUESTRA CASA COMÚN, agradecer la
posibilidad y cada una de las Gracias que nos das. Gracias Señor por ser Madre,
gracias porque me invitas a ser diferente, a ser reflejo tuyo. GRACIAS por la
oportunidad de “creer en tu RESURRECCIÓN, porque puedo AMAR, PUEDO REÍR” GRACIAS
PORQUE TENEMOS TIEMPO PARA ESTAR.
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