Con un corazón muy dispuesto y muchas ganas de servir, me embarqué en la aventura de la experiencia MAGIS y JMJ. Sin saber mucho del país que me acogería, pero con la certeza de que Dios siempre tiene propósitos de cambio en nuestras vidas, llegué feliz a Honduras. Un equipo maravilloso nos recibió, buscando siempre hacernos sentir especiales. La Alegría y el entusiasmo nos embargaba a todas las delegaciones. Del MAGIS Honduras me quedo con lo siguiente:
•La Fe debe ser el motor de mi vida.
•No tengo que ser una artista para poner mis dones al servicio de Dios. El dejar de lado mis inseguridades y abrirme al plan de Dios.
•No hacer caso omiso a la realidad de los demás, por proteger mis sentimientos.
En Panamá la experiencia fue diferente. Era tanta la emoción que mostraban sus habitantes por la espera del Papa, en especial mi familia de acogida. Una jornada intensa, mucho calor y grandes distancias recorridas. Pero escuchar al Papa, dejarme nutrir de su mensaje como portador de Cristo, sentirme joven amada por Dios. Fueron de las cosas que hicieron la JMJ 2019 una gran experiencia. Ser más consciente del gran amor que Dios me tiene. Me motivan hoy decir con más seguridad: "Hágase en mi según tu palabra".
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