Fue un día espléndido adornado por la lluvia que empapaba la tierra. En cada abrazo compartido nos sentiamos una con cada miembro de la familia.
En todo el recorrido tuvimos la oportunidad de participar de la celebración eucarística en Peralvillo, una parroquia muy animada a la que asisten personas de diversas edades.
Es hermoso y significativo a la vez conocer el lugar de procedencia de nuestras jóvenes, ya que el lugar forma parte de su historia sagrada, desde donde se lanzan a conocer la congregación y el modo de seguir a JESÚS.
Marcelina, FI
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