jueves, 4 de enero de 2018

Peregrinando hacia el corazón

  
Seguimos nuestro peregrinar en esta experiencia de Última Probación; Somos una comunidad multicultural y universal que comparte la vida, con todas nuestras riquezas internas, experimentamos la fuerza y el ánimo para seguir a Jesús con libertad interior y alegría.

Cuando terminamos la Ruta de Madre Cándida, iniciamos otra etapa, la profundización de aspectos del Carisma regalado por el Espíritu a Nuestra Madre Fundadora y nuestra espiritualidad. Ha sido un regalo de Dios, sentir como Él también a nosotras nos invita hoy a configurar nuestra vida con la de Jesús. 
Estar en Roma está siendo una verdadera gracia, estamos viviendo una fuerte experiencia de Iglesia, experimentando la comunión y la diversidad. Nos ayuda contemplar a las personas, tan diversas entre sí, convocadas por una fe, esperando una palabra de esperanza y ánimo de nuestro Papa Francisco.

En este momento estamos disponiendo de toda nuestra persona para vivir la experiencia de los Ejercicios Espirituales de mes, para ello, hemos profundizado la autobiografía de San Ignacio de Loyola, contrastándola con nuestra vida. Estamos animadas, con muchas expectativas y sobre todo con muchos deseos de,  “…entrar en los Ejercicios Espirituales con grande ánimo y liberalidad con su Criador y Señor, ofreciéndole todo su querer y libertad, para que su divina majestad, así de su persona como de todo lo que tiene se sirva conforme a su santísima voluntad." (Anotación 5 EE).

Los ejercicios Espirituales son la esencia de nuestra espiritualidad, la Madre Cándida defendió con valentía y audacia nuestro espíritu Ignaciano, en la iglesia. “ella como Ignacio descubre que Cristo es el Todo de su existencia, el centro de su vida y de sus ser”. Iniciaremos el Lunes 01 de Enero/ 20018 hasta el 31 del mismo mes; nos acompañará el Padre Ignacio Echarte, S.J.

Agradecemos a la entera Congregación por posibilitarnos esta profunda experiencia de encuentro con el Señor y tantas realidades.

   Contamos con sus oraciones, para ser sensibles a la voz amorosa de Dios.


Hermanas de la Última Probación








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