viernes, 25 de abril de 2014

Señores gobernantes, la gente se muere

Y no son las muertes esperables en una sociedad europea envejecida en este inicio del siglo XXI. Son muertes prematuras relacionadas con sus políticas de “austeridad”, por la pleitesía que ustedes rinden a los mercados a los que se deben por sus deudas históricas con el capital y los capitalistas y por ese neoliberalismo atomizador y uniformizante que están contribuyendo a imponernos. Son muertes que ustedes deberían intentar diferir porque tienen las herramientas para hacerlo. Es cuestión de prioridades.
- La gente muere de frío (1, 2, 3) mientras ustedes nos distraen con revoluciones en la tarifa de la electricidad para que no cambie nada, que ustedes legislan siempre a favor de los suyos.
- Muere de hambre por no poder acceder a una dieta adecuada y suficiente. Cuesta creerlo porque asociamos el hambre a las imágenes de las hambrunas africanas. Pero a menudo la malnutrición no se ve porque vive recluida en la casa de ancianos que no pueden acceder a una dieta equilibrada con su pensión y su aislamiento; o se esconde en la obesidad de niños y niñas que ven su desarrollo físico e intelectual condicionado porque su dieta ha sido colonizada por baratos hidratos de carbono en detrimento de inasequibles verduras y proteínas; o se oculta en mareos en clase o falta de energía en el patio de niños y niñas que “sólo” son delgaditos.
Por Nani Vall-Ilossera

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