viernes, 17 de mayo de 2013

CG XVII: Comunicación 12

Estamos en el día después de la excursión y siguen los comentarios y ecos de la estupenda experiencia de ayer.  Sobre todo cuando hoy amaneció con lluvia intensa dimos nuevamente gracias a Dios por el regalo vivido.  Tanto que al comenzar la sesión moderada por Clara ésta comenzó diciendo “el Señor ha estado grande con nosotras” … así fue y con ese sentimiento de gozosa gratitud comenzamos el trabajo.
Los deseos que expresábamos en el autobús cuando nos dirigíamos a Ninfa se fueron cumpliendo a lo largo del día.  Los compartimos,  así como algunas otras foto del lugar y la  de todas las congregadas ante uno de los rosales.
Los deseos se pueden agrupar:
Desde la meteorología
Que llueva poco (María Inéz)
Que no llueva  nada (Lola)
Que salga el sol (Iris)

Desde la gramática:  en infinitivo
Disfrutar  (María Luisa)
Compartir (Rosa)
Contemplar (Yajaira)
Descansar (Silvia)
Desconectar (Raquel)

Desde la nostalgia
Me parece lo que ha dicho la hermana anterior (Mercedes)
Que nos acordemos de todas las comunidades (María José)

Desde la espiritualidad
Reposo interno (Enaceyla)

Varios
Que sea un día BUENO (Joaquina)
Que sea una convivencia muy buena para disfrutar (Pepita)
Una buena ocasión para compartir con las Hnas. de la Comunidad (Mary Carmen)
Disfrutar con el intercambio de lenguas (Patricia y Lee)
Convivir con las hermanas en ambiente distinto (Sofía)
Un día para relajarnos (Emelinda)

Pero como los deseos se hicieron realidad,  esta mañana estábamos con ánimo renovado aunque el cansancio de largas caminatas por los jardines y subidas y bajadas por lugares medievales,  se acusaban en nuestros cuerpos. 
Hoy la Provincia de China-Taiwán nos sorprendió con un precioso regalo típico de aquellos países.  De pronto la sala adquirió una tonalidad intensamente roja que preanunciaba un trabajo apasionado …Gracias,  hermanas.
Clara nos invitaba a abrir nuestros sentidos para ir descubriendo desde la profundidad de nosotras mismas y de la comunidad de congregadas que formamos,  las llamadas que el Padre nos está haciendo para que,  como Cuerpo,  con la ayuda del Espíritu,  avancemos y no nos detengamos en el camino de seguimiento radical de Jesús;  que no perdamos de vista esa pregunta que nos acompaña:  “Padre,  ¿qué quieres comunicarnos?”.

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