domingo, 21 de abril de 2013

El jesuita que pretende cambiar Paraguay

Un simple mosquito no iba a poder con él. Y menos en la semana de las elecciones presidenciales. Aunque se trate del mismísimo insecto del dengue, el que ha provocado en Paraguay la muerte de más de 45 personas en los últimos cuatro meses. Y aunque la gente de mayor riesgo sean los ancianos y él tenga 84 años. El Pa’í -padrecito en guaraní- Oliva, el jesuita sevillano Francisco de Paula Oliva, tiene la piel dura. Sobrevivió cinco años a la dictadura (1954-1989) del general paraguayo Alfredo Stroessner (1912-2006), superó la noche de octubre de 1969 en que el jefe del departamento de Investigaciones de la policía ordenó que lo echaran al río, vadeó sus nueve años de exilio en Argentina, y los dos primeros años del régimen militar. Decía que aquella dictadura (1976-1983) era “más científica, con muchísima más crueldad” que la de Paraguay. Estuvo vigilado por la policía y el Ejército argentinos, permaneció escondido durante semanas, mataron a dos de sus colaboradores más cercanos y salió con vida de milagro. Allí conoció al actual Papa, el también jesuita Jorge Mario Bergoglio.
-Debe haber avanzado mucho –dice-. Lo que no sabemos es si el Vaticano lo dejará avanzar ahora.
-¿A qué se refiere con que debe haber avanzado?
-Que cuando yo lo conocí era un buen sacerdote a la antigua, no entendía mucho de política.

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